El mundo microscópico que habita en nuestro interior es increíble, con billones de microbios (bacterias, hongos, virus) que viven en nosotros y sobre nosotros, especialmente en el intestino, y que tienen un tremendo impacto en nuestras funciones corporales desde el día en que nacimos. Estos microbios beneficiosos o buenos ayudan con nuestro intestino, corazón, sistema inmunológico, cerebro, piel, etc. Pero, desafortunadamente, nuestra edad, dieta, medicación o estilo de vida pueden cambiar, reducir o dañar estos microbios buenos e inclinar la balanza , y los científicos han descubierto que este desequilibrio en los microbios buenos se relaciona con la alteración de la salud.

Los estudios han demostrado que restablecer un equilibrio saludable de los microbios intestinales con probióticos, también conocidos como bacterias beneficiosas, presenta diversos beneficios para la salud . Sin embargo, no todas las cepas probióticas funcionan de la misma manera y no todas ellas pueden considerarse probióticas con beneficios terapéuticos. Por lo tanto, es fundamental conocer el nombre específico de las cepas, las investigaciones y los resultados clínicos antes de ingerirlas.

Los probióticos, en general, se comercializan en alimentos, lo que significa que no necesitan pasar por pruebas rigurosas en comparación con los probióticos de grado farmacéutico con resultados probados en ensayos clínicos. Sin embargo, incluso los probióticos comercializados como de grado farmacéutico no proporcionan las cepas de las bacterias ni los ensayos clínicos . Por lo tanto, otra cosa esencial a considerar al tomar probióticos es la evidencia clínica de que las cepas de bacterias sobreviven para llegar a su intestino. Porque si no sobreviven al ácido del estómago, no habrá mucho que puedan hacer.